Nadie espera el frío con tantas ansias como yo, amo el frío, los largos paseos, el sol del mediodía ofreciendo su generosa calidez... y por sobre todas las cosas, las calabazas!
No hay para mí nada más delicioso que una calabaza asada, o que un bizcocho de calabaza, o que una sopa crema de calabazas o una mermelada de calabazas... o lo que sea pero de calabazas!
Intentando dar lógica y sentido a este profundo amor, me puse a estudiar hace años cuáles eran sus propiedades y beneficios, y debo confesar que ese amor se propagó a límites aún mas profundos...
Una de sus principales virtudes es su bajísimo aporte de calorías y su altísimo contenido en agua y fibra, lo que la hace ideal en dietas de adelgazamiento y para eliminar líquidos y también para quienes sufren de estreñimiento. Como suelo decir, es un pasaporte al baño!
Ofrece asimismo un importante aporte de vitaminas antioxidantes y minerales, es muy digestiva y produce saciedad. También ayuda a regular el nivel de glucosa en sangre.
Pero quizás, y muy probablemente, la razón más poderosa para comer calabazas es que están tan pero taaaan ricas!!
Propongo hoy un bizcocho de calabaza y nueces que en casa gusta mucho, y que ha tenido mucho éxito en todos los sitios donde lo he llevado. La receta es muy fácil de preparar y el resultado es estupendo tanto en textura, ligereza, aroma y sabor. Comprobaréis que es el mejor ambientador de hogar que podáis utilizar, llenaréis de un delicioso aroma la casa!
Bizcocho de calabazas
Ingredientes:
- 2 y 1/2 tazas de harina de trigo
- 1/2 taza de aceite de girasol
- 1 Taza de puré de calabaza
- 1 taza de azúcar
- 4 ctas polvo de hornear
- 1 cta de canela molida
- 1/2 cta de sal
- 1 cta de esencia de vainilla
- pasas o nueces troceadas al gusto
Procedimiento:
Antes de comenzar preparar un puré de calabaza y dejar templar o enfriar.
Se utilizará la misma medida de taza para todos los ingredientes. En un bol, cernir la harina, polvo de hornear, canela y sal.
En un recipiente aparte, unir hasta integrar el aceite, puré de calabaza, azúcar y esencia de vainilla.
Mezclar a esta preparación los ingredientes secos.
Si se desea, se puede agregar pasas o nueces troceadas.
Una vez en el molde, se puede espolvorear con azúcar, o con una mezcla de azúcar y canela.
Hornear de 50 minutos a 1 hora, a 160º.
y para acabar, un secretillo de belleza para conseguir una piel revitalizada y luminosa:
mascarilla de calabaza:
La calabaza, junto con la zanahoria, por su alto contenido de beta-carotenos, es un gran aliado contra la piel apagada, nos ayuda a eliminar asperezas de la piel y dar luminosidad al rostro. Podemos realizar una mascarilla mezclando un poco de puré de calabazas con un huevo batido, un poco de aceite de oliva y algunas gotas de aceite esencial de rosas, lavanda o manzanilla, que tiene un alto poder calmante y nos ayudará a evitar que se nos irrite la piel por el frío. Dejar la mascarilla por 10 minutos, aclarar y aplicar un tónico, preferiblemente rociar con agua de rosas, que podéis hacer vosotras mismas, como os explicaré en la siguiente entrada.
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