Qué tal si convertimos este San Valentín en una declaración de amor, no solo hacia los demás sino también hacia nosotros mismos?
Porque hay que saber dedicarse unos ratitos para mimarse y consentirse a uno mismo y si el chocolate tiene un poder es el de mejorar nuestro estado de ánimo.
Por eso, este San Valentín convierte tu baño en un spa de lujo y haz que toda la casa huela a chocolate, parecerá que acabas de hornear galletas!